Punto 12. LA TORRE Y LA POTERNA DE ÉPOCA MEDIEVAL

Punto 12. LA TORRE Y LA POTERNA DE ÉPOCA MEDIEVAL

En la época medieval el poblado disponía de una muralla perimetral que la defendía. Asimismo, la fortificación del asentamiento se complementaba con la presencia de una torre-atalaya situada en la esquina sudoccidental. El cuerpo se construyó a partir de unas potentes paredes, de más de un metro de grosor, realizadas con la técnica del opus spicatum.

Se trata de una estructura de planta cuadrangular de 6,3 por 6,1 m (39 m2). Uno de los accesos se ubica en la planta baja, atravesando la fachada oriental por una puerta de 1,3 m de ancho. Dispone de un tranco de losas de piedra, y conduce a una habitación diáfana sin compartimentaciones.

De todas formas, es probable que esta no fuera la única puerta existente. Con toda seguridad, estaba comunicada con una muralla y, por lo tanto, existiría una entrada a la altura del paso de ronda que daría a un piso más elevado. Una escalera móvil posibilitaría el tránsito interno entre pisos.

Tenemos que entender la ubicación angular de la torre a partir de su funcionalidad, y es por este motivo que la llamamos torre-atalaya. Desde lo alto de la torre, a más de 5-6 m de altura, se podía visualizar y controlar todo el tercio de poniente de la comarca.

Justo al lado, existe una primera poterna. Consistía en una abertura de aproximadamente 1,6 m de ancho que daba paso a un largo corredor de unos 8,5 m de longitud. Este acceso al poblado estaba bien protegido por la presencia imponente de la torre.

Imagen: Planta de la torre remarcada en rojo.

Imagen: Planta de la hipótesis de la torre.

Ilustración: Perspectiva axonométrica de la torre medieval desde el interior del poblado, con la visualización parcial de su interior.